CALENTAMIENTO GLOBAL

EL EFECTO INVERNADERO: VER PARA CREER

Del respeto a la vida nace la conciencia colectiva

El planeta es vida, palpita gracias al delicado ritmo universal. Tenemos el privilegio de participar del sutil mecanismo cósmico que tiene en las cosas vivas en sus detalles más acabados,donde Dios está manifestado en su máxima expresión...Vive el agua en un arroyo apenas perceptible, en las olas poderosas que abaten la playa; viven los animales en cada célula concentrada en alimentarse, viven las plantas, las rocas, las montañas, los desiertos de arena, las nieves eternas... viven en esa armonia incomprensible que es la naturaleza. Vida es cada creación humana, es lo que vemos, oímos, respiramos, tocamos, saboreamos. Hemos contaminado su aire, los ríos, los mares, sus lagos y la frágil capa de ozono que la envuelve se está desvaneciendo; la temperatura de la tierra se ha elevado, las selvas tropicales están siendo devastadas y muchas especies animales están en peligro de extinción. De mantenerse esta tendencia, sus delicados sistemas de vida quedarán destrozados, en mucho menos tiempo del que hoy nos imaginamos. Es inmenso el horror que nos produce contemplar el daño que todos los días le hacemos a la vida en todas sus manifestaciones con paciencia ignorante. En los últimos 40 años la acción depredadora del hombre ha violentado el equilibrio de la vida como jamás se experimentó en millones de años previos. Ahora solo nos resta revertir los efectos.

Dios nos guie para poder cambiar el estado de cosas, creer firmemente que cada acción positiva a favor el medio ambiente que, por mínima que parezca, es un triunfo magnífico para la Tierra y todos sus habitantes.

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